Mahatma Gandhi: Un asesinato a la humanidad
El padre de la nación india, fue asesinado un 30 de enero de 1948 en Birla House, Nueva Delhi, han transcurrido 69 años de la desaparición física de un hombre que ha sido objeto de reconocimiento mundial, crítica y en especial referencia nacional para la propia India en sus actos oficiales, crisis internas o simplemente enseñanza de su legado en las escuelas, liceos y algunas casas de estudios. Igualmente, por el mundo existen fundaciones, centro de estudios y cátedras Libre con su nombre.
Si nos preguntamos: ¿Quiénes decretan la sentencia de muerte a Mahatma Gandhi? Son muchos los implicados en el contexto histórico que aconteció tal asesinato. En primer lugar, India para inicios del año 1948 llevaba apenas cinco meses de haber logrado su independencia del Imperio Británico. En segundo lugar, los efectos de la fractura y división territorial entre India y Pakistán era un triste hecho del pueblo indio, consecuencia del divisionismo colonial inglés. En tercer lugar, los sectores radicales hinduistas acobijaban un rencor feroz ante cualquier signo de reconciliación por los efectos divisionistas y enfrentamientos entre hindúes y musulmanes. Nos referimos al odio comunal y la violencia alimentada por el Mahasabha hindú y el Rashtriya Swayamsevak Sangh, organizaciones anti-musulmanas y anti-Gandhi. En este sentido, actuaron contra la vida de Gandhi para no permitirle su deseo de ir a Pakistán a ver los sobrevivientes indios indistintamente de su religión, a quienes les tocaba forzosamente vivir en un nuevo Estado que ya no era India.
En la historia de los pueblos, el fanatismo religioso asociado a los movimientos nacionalistas representa una amenaza peligrosa para la democracia, son el combustible fundamental para la violencia generalizada en una nación.
El día de la muerte de Mahatma Gandhi tiende a ser olvidado cada año, algunas dependencias del gobierno indio hicieron las tradicionales ofrendas pero no registraron discursos en sus website, así como misiones diplomáticas, o fundaciones que llevan su nombre. Tales omisiones indican varias lecturas, entre las cuales destacan: A) No conviene recordar un Mahatma Gandhi en los tiempos actuales. B) Mahatma Gandhi representa una piedra en el zapato para aquellos gobernantes, diplomáticos, gandhianos indios y del mundo que no les interesa profundizar en su legado, considerando el rumbo de liberalismo económico como potencia emergente y país “postmoderno” anclado en sus amplias contradicciones socioeconómicas y C) Deciden hacer un uso a conveniencia de la imagen y pensamientos de Mahatma Gandhi, extraídos con pinzas para seguir utilitariamente con el discurso manipulado sobre el padre de la nación india.
Tal como lo indicó la ciudadana india Devaki Jain, el 30 de enero para la India y el mundo debe ser un día para la reflexión, más que conmemorar oficialista y ritualisticamente el día de los mártires, debatir profundamente acerca de la historia de la propia India y su espíritu libertario.
El mundo hoy en día está bajo la amenaza de un nuevo gobierno en los Estados Unidos con criterios gubernamentales de violencia discursiva y exclusión en todos los niveles, haciendo más vulnerable la convivencia internacional y el futuro medio ambiente.
Sin ahimsa (No violencia), sin satyagraha (Firmeza en la verdad) estamos condenados a la destrucción. Es hora de terminar la oración que Mahatma Gandhi no pudo hacer por las balas que impactaron su pecho, logremos de esta manera, oxigenar su legado en una contemporaneidad de demencia materialista, hipocresía personal e institucional en aquellos que intencionalmente empujan al mundo a un vacío de paradigmas y destrucción global.
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