Srinivas Kuchibhotla: Una víctima india en Estados Unidos
Las herramientas del prejuicio, una vez desencadenadas, no diferencian
una comunidad de otra.
Sandeep Bhardwaj
Analista indio.6.3.17
No se escandalicen, enójense! Trump está esparciendo el odio, es un crimen de odio. Artista indio. Twiter de Siddharth
22.2.17
El pasado 22 de febrero 2017, en un lugar nocturno de la ciudad de Kansas, Adam Purinton, de 51 años y ex veterano de la marina de guerra, gritó justo antes de disparar: “fuera de mi país” y otros calificativos racistas. Los tiros fueron directo a Srinivas Kuchibhotla, y a su amigo Alok Madasani quien resultó herido (ambos de nacionalidad india). Un tercer herido resultó ser el estadounidense Ian Grillot, que actuó para detener al atacante.
¿Por qué esta situación de odio racial? ¿Qué razones hay para que ahora en el país del sueño americano cualquiera se tome la atribución de sentenciar a muerte a un ciudadano que en sana paz viva y trabaje en Estados Unidos, terminando su vida por un crimen de odio, gracias a la demencia inducida por un sistema institucional que directa e indirectamente auspicia el racismo?
Este incidente que conmocionó a la India, ha dejado luto en la familia del ingeniero de 32 años graduado en su país natal, oriundo de la ciudad de Hyderabad, y quien laboraba en la empresa norteamericana de tecnología Garmin junto a su connacional de la misma edad.
Sin duda alguna, estamos viviendo las consecuencias de una mezcla muy explosiva de racismo, racialización de las relaciones sociales y la xenofobia en Estados Unidos, esta realidad es de vieja data en ese país, ahora se han disparado las alarmas de convivencia al máximo grado, gracias a las posturas irresponsables a nivel discursivo, y a las prácticas de intimidación en el accionar de nuevas políticas migratorias legitimadas en el discurso del presidente Donald Trump. Las consecuencias al declarar contra los musulmanes y los trabajadores extranjeros en general acusados de robar empleos estadounidenses, generan una ansiedad entre los miles de trabajadores tecnológicos indios que viven en EE.UU y el resto de los inmigrantes de Latinoamérica y el mundo.
Hay sufrimiento, hay complicidad, hay expresiones insensatas que no calculan los efectos en la población contaminada por los prejuicios y todas las formas amplias de racismo, habrá un pronto huracán de conflictos internos y externos que se desatarán con la segregación ahora oficialmente legitimada como modalidad de exclusión social. El Ministerio de Relaciones Exteriores de la India elevó su protesta ante las autoridades estadounidenses, los medios de comunicación de la India unieron filas ante este crimen, las investigaciones acerca del asesinato llevan su curso, las conclusiones serán obvias, un muerto más por racismo en la actual sociedad norteamericana. El presidente Donald Trump, en su primer discurso ante el Congreso, tuvo la oportunidad de haber denunciado el asesinato del ingeniero indio pero no fue así. No se puede ignorar su silencio y lo que su campaña presidencial sembró en los Estados Unidos: polarización demencial en un clima intolerante que hará cotidiano este tipo de crímenes.
Para Srinivas Kuchibhotla ya no habrá sueño americano, ya no habrá sueños en el futuro, regresa a la India en un ataúd. Son tiempos de kali yuga que se manifestó en la persona de un demente seguidor del actual presidente de los Estados Unidos, el cual convencido a su manera, decidió que todo aquel que no sea “americano” debe morir.
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