India: Impuestos y accionar de reformas económicas
El nuevo Impuesto de Bienes y Servicios (GST por sus siglas en inglés) ahora sustituye y unifica los impuestos indirectos captados en los 29 estados y los siete territorios que conforman al Indostán.
La administración central ahora controlará un impuesto único para un mercado de 1.300 millones de habitantes. El gobierno de Narendra Modi ha dado el paso de una reforma fiscal cuyas proporciones son gigantescas y únicas en los casi 70 años de independencia que se cumplirán el venidero 15 de agosto del presente año.
Dicho impuesto (GST) en teoría va eliminar los desequilibrios existentes en el comercio del país y sus regiones. Igualmente, dará un impulso a la promoción de las exportaciones, a nivel macro y micro de la economía nacional. La India definitivamente entra en una fase de ajuste estructural, requisito central del proceso reformista en consonancia a los intereses económicos internacionales, multinacionales y cumplimiento fiel en el ajuste por parte de los sectores monopólicos indios junto a la anuencia gubernamental, con la idea de ser aceptados con plena confianza en el mercado internacional y principales gobiernos de Occidente y Asia.
En las calles indias, las protestas no se han hecho esperar, el gigantesco sector comercial tiene sus dudas ante el GST, ya que nadie sabe a corto plazo de los efectos de la implementación de dicha medida en el nuevo ritmo económico de la cotidianidad del indio de a pié. Las nuevas demandas tributarias fiscalizaran a todas las empresas que facturen más de dos millones de rupias (aproximadamente 27.000 euros) y el sistema administrativo debe ser digitalizado. La preocupación central radica que muchos empresarios hacen sus facturas a mano sin equipos computarizados ni impresoras fiscales. Otra problemática existente en el primer país productor de software en el mundo, es que el acceso a Internet en distintas zonas del país es aun limitado o la red funciona muy lentamente.
Ante tal escenario, el gobierno de Modi sostiene que el nuevo sistema de impuesto será un factor para luchar contra la corrupción y evasión fiscal. Consideramos en esta perspectiva que el centralismo indio vivirá una época de oro que se contratastará con la cruda realidad de pobreza en las calles urbanas y aldeas del subcontinente. Crecerán los millones de críticas si con el actual y tradicional sistema de impuestos la solución de los problemas de las regiones no son atendidos a tiempo por la falta de transparencia de New Delhi y sus elites regionales, pensar ahora en la inmensa masa de capital que se manejará con la nueva realidad tributaria, el gobierno central tendrá ahora una mayor presión social de un pueblo que estará más crítico ante la relatividad de una “eficiencia gerencial en el medio de una gobernabilidad nacionalista”
Todo impuesto, se suma a las ventas y consumos, ello incidirá en todas las clases sociales indias, los de abajo sufrirán las consecuencias de algo que apenas es el inicio de ajustes económicos para la nueva convivencia democrática de ese país.
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