Los aranceles de Trump en India
India entró en la lista de sancionados por Estados Unidos desde el pasado mes marzo de 2019 al verse afectada por la medida aplicada por EE.UU. al subir los aranceles un 25% sobre el acero y 10% sobre el aluminio. Esto trajo como consecuencia un enfrentamiento “moderado” de tipo comercial entre la administración norteamericana de Donald Trump y el gobierno del primer ministro Narendra Modi.
Tal escenario ha conllevado a la aplicación por parte de la India en junio del año pasado el aumento de las tarifas a la importación de artículos estadounidenses hasta un 120%, pero dicha medida han sido pospuesta ante las conversaciones comerciales sostenidas con EE.UU. Las pérdidas llegaron al monto de 240 millones de dólares al país indostánico, dicha cifra no tiene un impacto en la economía del gigante de la economía emergente dada que la cifra es baja.
El pasado 16 de junio del año en curso, India decreta una subida de las tarifas a la importación de 28 productos norteamericanos en respuesta a la decisión de Washington de retirarle privilegios comerciales que implicaban al país asiático exportar mercancías por un monto de 5.600 millones de dólares a EE.UU. Estas exportaciones eran libres de tasas arancelarias y se encontraban inmersas en el marco del Sistema Generalizado de Preferencias (GSP, por sus siglas en inglés). La administración Trump calificó la medida de "inaceptable" y exigió a India que retire su aumento de aranceles a los productos estadounidenses.
¿Qué significado tiene la aplicación de estas medidas recíprocas y sancionadoras en los rubros de exportación para ambos países? Por un lado, existe una postura impositiva y proteccionista y por el otro, hay una acción de reciprocidad selectiva que busca lograr un objetivo renegociador a nivel de los grandes volúmenes de productos que las partes colocan sobre la mesa de compras, ventas y preferencias para el auspicio y “beneficio de sus economías”.
En la pasada Cumbre del G20 2019 en Japón, Trump y Modi abordaron el tema, además de saludarse de manera no habitual, colocando el puño cerrado por iniciativa de Trump ante Modi y Abe (otro sancionado por Estados Unidos), las negociaciones apuntan que hay un horizonte de voluntad política de flexibilizar dichas medidas sancionadoras, siempre y cuando haya voluntad por parte de la India de dar pasos significativos en materia de compras de equipos de defensa a los Estados Unidos.
La mayor evidencia de esta estrategia ha sido la preparación de firmas en contratos de dos a tres años de lapsos negociadores entre EE.UU e India por un monto de 10.000 millones de dólares. Los equipos a comprar avalados por el Ministerio de Defensa indio son: A) El suministro de 10 aviones de patrulla marítima Boeing P-8I Poseidón; B) Suministro de 24 helicópteros navales polivalentes MH-60 Romeo; C) Dotación de misiles tierra-aire y D) Seis helicópteros de ataque Apache.
Sin duda, los quejidos de Trump y sus tuits van de la mano de una estrategia comercial multimillonaria para un hombre de negocios más que de un Presidente. Igualmente, debemos considerar que Estados Unidos ha solicitado varias veces a la India la urgencia de dar marcha atrás en la compra de los S-400 a Rusia, tal como lo hizo en su visita a New Delhi, el Secretario de Estado, Mike Pompeo el pasado mes de junio del año en curso, bajo la premisa de: “promete un nuevo enfoque en las negociaciones bilaterales”.
En suma, los negocios entre gigantes tienen la lógica impersonal que son “negocios” y siempre habrá una parte ganadora y otra menos ganadora.
India ha reiterado que mantendrá su postura en avanzar en la compra a Rusia del sistema antimisiles S-400. Sigue en ascenso la carrera armamentista de compra y recepción de equipos de última generación para su uso en una zona caliente como la línea fronteriza con Pakistán.
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