Información General Miembros Investigación Enlaces de Interés Eventos
Principal
Eventos y noticias
Eventos años anteriores

Eventos y Noticias

Irán: El Acuerdo nuclear en Ginebra


En los últimos tres años se ha adelantado en el Medio Oriente un movimiento telúrico cuyo impacto en el orden geopolítico estamos lejos de avizorar. La llamada “Primavera Árabe” ha amenazado como nunca antes el lugar privilegiado que han ocupado históricamente las elites de la región, tanto las que se acobijan bajo el manto del nacionalismo, como aquellas que se refugian en la prédica proselitista del islam político. En el caso de Irán, las constantes declaraciones del Presidente Mahmud Ahmadineyad hundieron al nivel más bajo la credibilidad del pueblo persa ante la llamada comunidad internacional, añadiéndose, el recelo de las potencias mundiales e Israel ante el controvertido programa nuclear que adelanta Teherán.

Ante tal tesitura, la elección del Hasan Rohaní como primer mandatario de la República Islámica, no solo debe entenderse como la canalización por la vía democrática del creciente descontento de los sectores más jóvenes y profesionales de la sociedad iraní ante el ala más conservadora del establishment, sino también, como una demostración por parte del régimen de los ayatolas de adaptación ante las nuevas realidades políticas y el deseo de intereses foráneos de instaurar un nuevo orden geoestratégico en la región. Rohaní, un hombre moderado, con un discurso conciliador y de llamado constante al diálogo entre civilizaciones se ha anotado en pocos meses éxitos diplomáticos de inmensa valía. Tanto así, que la creciente participación de Irán en los espacios deliberativos mundiales pudieran abrir la posibilidad de construir un nuevo Medio Oriente, o al menos, a la reconfiguración de los constructos comunicativos entre la élites regionales y sus respectivos pueblos.

El acuerdo alcanzado en Ginebra entre Irán y las potencias negociadoras (Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania) el domingo pasado (24 de noviembre 2013), no solo evita por los momentos el avance del programa nuclear iraní, sino que abre las compuertas para restablecer la confianza perdida entre Teherán y Occidente, tan necesaria por estos días ante la guerra cada más abierta entre Sunitas y Chiítas. De la misma manera, el relajamiento de las sanciones económicas contra la República Islámica es una bocanada de aíre fresco para el gobierno de Rohaní, que heredó un creciente desempleo y una inflación que supera los dos (2) dígitos.

Por otra parte, el reconocimiento de las potencias al derecho de Irán a acceder a la energía nuclear con fines pacíficos bajo los presupuestos del Tratado de No Proliferación Nuclear, hace más potable el acuerdo ante la opinión pública iraní y los siempre vigilantes sectores más conservadores. Así mismo, el carácter prudente y tras bambalina en que se han adelantado las conversaciones Washington-Teherán y cuyo corolario es este acuerdo, le ha permitido a Barack Obama sortear los escollos que representa para la agenda de la política exterior norteamericana el poderoso lobby israelí que hace vida en el Congreso, bajo la firme dirección del AIPAC (American Israel Public Affairs Committee).

Por último, el retiro de los tambores de guerra ha dejado seriamente herido a Israel, que ha sumado en los últimos meses reveses estratégicos en sus aspiraciones de hegemonía regional. El deseo de Obama de dejar una huella perenne en la historia, lo ha llevado a tener una postura mucho más activa en la dilatada región del Medio Oriente, aceptando primeramente como un salvavidas la propuesta rusa ante el uso de armas químicas en el conflicto sirio, y ahora, adelantando fluidas conversaciones con Teherán. Esta movida ha descolocado al Primer Ministro, Benjamín Netanyahu, quien rápidamente calificó a este acuerdo como un error histórico, y recordó su voluntad para defender a su pueblo. Curiosamente, la entrada de Irán al concierto de las naciones, y la actitud moderada pero decidida de Rohaní para llevar a buen puerto las negociaciones con Occidente, ha reforzado las líneas de comunicación entre Tel-Aviv y Riad, quienes se sienten traicionados por EEUU, y no desean una influencia mayor de Irán en los asuntos del Medio Oriente.

Ver documento en PDF
- Fecha de publicación: 04 Dec 2013
- Publicado por: CEAA

Centro de Estudios de África, Asia y Diásporas Latinoamericanas y Caribeñas "José Manuel Briceño Monzillo"
E-mail: ceaaula@hotmail.com | Teléfono:+58 (0274) 2401885
Universidad de Los Andes, Mérida - Venezuela