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Nigeria en jaque: Boko Haram y el radicalismo cultural


El año 2014 para Nigeria se presenta con acontecimientos que han influido sobremanera en el ritmo del país, esta vez bajo el espectro del terrorismo.  Desde el surgimiento en el año 2002 del grupo extremista Boko Haram (que en lengua Hausa significa "la educación occidental es pecado"), bajo el liderazgo  de Ustaz Mohamned Yusuf, en Borno al norte del país, se han registrado una ola de atentado contra la población civil y estructuras del Estado que han cobrado miles de vida. El argumento esgrimido por los radicalistas es la abolición de la educación occidental en todas las instituciones educativas y la aplicación de la sharia como regla de vida vigente en todo el país y no exclusivamente en el norte.

La situación se torna compleja debido a que la composición religiosa del país está ligeramente repartida en el espacio geográfico nigeriano como sigue: el centro y sur del país es predominantemente cristiano en sus diversas vertientes (católicos romanos, bautistas, anglicanos, entre otros), en tanto que el norte es mayoritariamente musulmán, complementado el paisaje religioso con un mínimo porcentaje de la población adheridos a sistemas de creencias animistas. El objetivo central del grupo extremista es abolir, a través de mecanismos violentos, cualquier vestigio cultural procedente de Occidente, ocasionando que el país se sumerja en una creciente y generalizada inestabilidad. 

 En el 2009 las fuerzas militares nigerianas dieron de baja al líder fundador, Mohamned Yusuf, que si bien es cierto contrarrestó el alcance del grupo terrorista no supuso el fin del mismo, asumiendo el nuevo liderazgo Abubakar Shekau,  continuando con los atentados al patrimonio público y la sociedad civil, situación que llevó al gobierno nigeriano en el año 2011 a decretar  el estado de emergencia en varios estados del norte y el centro -espacio operativo de la milicia- como consecuencia de la situación de inseguridad, siendo retomada la medida en el 2013 tras las violentas arremetidas de este tipo de insurgencia. Los ataques van dirigidos a los centros educativos, iglesias y el asesinato en poblados utilizando armas de largo alcance, carros bombas y el secuestro como medios coercitivos.

 Tras el rapto en abril del presente año de 276  niñas en la localidad de Chibok, en el noreste del país, el presidente Goodluck Jonathan ha declarado una "guerra total" contra el terrorismo y la impunidad para dar con el paradero de las niñas secuestradas utilizando cualquier medio que sea posible. En este sentido, el presidente nigeriano se comprometió a mantener la unidad nacional y a fortalecer el sistema democrático imperante. Por ello, el impacto generado tras este acontecimiento no se ha hecho esperar, y ya son varios los países que se suman a la búsqueda. Así lo deja ver una cumbre celebrada en Paris en mayo del año en curso, convocada por el presidente francés François Hollande, donde asistieron la subsecretaria adjunta de Asuntos Políticos de Estados Unidos, Wendy Sherman, el Ministro de Relaciones Exteriores Británico, William Hague, el presidente del Consejo Europeo Herman van Rompuy, además de los mandatarios de los países fronterizos con Nigeria: Chad, Níger, Togo, Benín y el propio mandatario nigeriano.

La cumbre buscaba en primera instancia obtener resultados inmediatos coordinando esfuerzos para hacer más efectiva el rescate de las niñas secuestradas. Es así como las posturas han sido unilaterales con relación  a la situación planteada y de la retórica se ha pasado a la acción militar como alternativa. Así lo deja ver un contingente de 80 soldados enviados a Chad por parte del gobierno de los Estados Unidos para acelerar el rescate de las niñas. Hasta fechas recientes se desconoce el paradero de las mismas, -aunque han logrado escapar por lo menos 53 de ellas- y las autoridades nigerianas aseguran que se encuentran  en el territorio nacional, en la ciudad de Maiduguri, dentro del Estado de Borno unas de las localidades, al igual que  Yobe y Adamawa afectadas por las acciones terroristas de Boko Haram.

Desde que se produjo el secuestro de las estudiantes  a mediados del mes de abril del 2014, la comunidad internacional no ha cesado de manifestar apoyo a las secuestradas en medio de una latente preocupación por las amenazas de sus secuestradores, que han advertido a través de videos que venderían a las niñas como esclavas "en el nombre de Dios", reiterando bajo amenazas que la educación occidental debe ser suprimida en todas sus formas. Ante estos señalamientos, el gobierno nigeriano ha tomado como iniciativa el camino del diálogo y para ello ha dispuesto un comité de negociación como alternativa a la salida violenta, a lo que el líder   extremista ha solicitado la liberación de los rebeldes a cambio de las estudiantes, petición que ha generado que el presidente Goodluck Jonathan se torne reacio aceptar las pautas impuestas por los terroristas. Entre tanto, las acciones del gobierno de Nigeria por el control de los estados afectados continua, produciéndose la captura de Mohammed Zakarien el noreste del país en julio pasado, uno de los líderes de la secta radical. Al mismo tiempo, las respuestas de los insurgentes se han materializado. A principios de septiembre la milicia perpetró un atentado en un centro de educación superior en el Estado de Kano dejando al menos 13 personas fallecidas y otras tantas heridas de gravedad. Estos hechos de violencia han estado acompañados de secuestros como práctica común de los rebeldes.

En tal escenario los retos planteados para Nigeria de cara a los próximos años son de enormes proporciones. Muchos analistas consideran que la respuesta del gobierno actual de Nigeria ha sido tardía y esto es aprovechado por los terroristas. El surgimiento de Boko Haram y otros grupos insurgentes como el  Al Qaeda del Magreb Islámico, ha tenido como marco de  operaciones el norte de Chad y ello ha colocado en vilo al gobierno nigeriano por el alto grado de inestabilidad generado en el país, con el riesgo de que pueda adquirir magnitudes continentales y ser un foco de desequilibrio en la región. El reciente atentado con el saldo lamentable de 47 muertos el pasado 10.11.14 en una escuela de alumnos varones en el campus de ciencia y tecnología en la ciudad de Potiskum, evidencia una vez más la locura en su accionar político y debilidad por parte del Estado nigeriano en enfrentar esta situación.

Después de Sudáfrica, Nigeria es uno de los países con mayor perspectiva de desarrollo del África Subsahariana, con una de las mayores poblaciones del continente, superando los casi 170 millones de habitantes, ubicándose además en el decimotercer puesto como país productor de petróleo a nivel mundial y el primero en África, además de contar con un potencial agrícola y minero, condiciones que le permiten bajo un clima de convivencia pacífica, -especialmente en el noreste del país azotado por acciones terroristas-asumir el camino de un desarrollo socio económico sostenido.

Por los momentos, continúa la tragedia del secuestro de 200 niñas que llevan ya más de seis meses en manos de esta agrupación terrorista.
- Fecha de publicación: 21 Nov 2014
- Publicado por: CEAA

Centro de Estudios de África, Asia y Diásporas Latinoamericanas y Caribeñas "José Manuel Briceño Monzillo"
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