La ciudad australiana de Brisbane fue el escenario durante el fin de semana, 15 y 16 de noviembre, del encuentro anual del G-20. En dicha reunión se encontraron las principales potencias desarrolladas del mundo una vez más, conjuntamente con los países de las economías ya emergidas a escala global (India y China).
Desde Oceanía, el mundo observó el primer día, fuertes críticas y reclamos por parte de los jefes de Estado de las potencias occidentales al Presidente Ruso Vladimir Putin, especialmente la encabezada por el Primer Ministro canadiense, Stephen Harper, ante la situación en el este de Ucrania, donde la posición fue muy clara: "deben salir de Ucrania". Igualmente, de manera complementaria el Presidente norteamericano Barack Obama insistió en que: "la seguridad en Asia debe estar basada no en la coerción o la intimidación"; no en que "las grandes naciones intimiden a las pequeñas sino en alianzas para la seguridad mutua". Aclaramos que Obama no se refirió explícitamente a China, pero su intervención dejó poco margen a la duda a quién se refería al puntualizar sobre las "disputas existentes sobre el territorio de las islas llamadas en japonés Senkaku y Diaoyu en mandarín".
Apartando las distintas sonoridades múltiples del lenguaje diplomático, la Cumbre G-20 de este año abordó entre otros los siguientes aspectos:
• Crecimiento económico sostenible y equilibrado mediante la implementación de políticas fiscales y económicas flexibles.
• Los líderes de los 20 países más desarrollados y economías emergentes discutieron el uso eficiente de la energía, así como medidas contra el cambio climático.
• Se acuerdan más de 800 medidas para activar el estancamiento económico mundial mediante un plan de reformas económicas que incluye estrategias para disminuir los costos del comercio, mejoras en aduanas y un impulso a la inversión en infraestructuras.
• Los planes de crecimiento "añadirán más de dos billones de dólares a la economía global y crearán millones de puestos de trabajo", confía el grupo de los G-20.
• "Queremos que los países del G-20 se unan a los esfuerzos de los europeos para conseguir una mayor transparencia fiscal". Tal postura obedece a la fuerte evasión y fraude fiscal en los grupos de las grandes multinacionales.
• Acelerar el crecimiento y favorecer la creación de empleo desde principios del año 2015, que podrían impulsar el producto interior bruto (PIB) global un 2,1% hasta el 2018.
Vale destacar que el escenario económico mundial se encuentra en una recesión donde muchos de los actores principales de la economía mundial ya se quejan al declarar recientemente que no pueden jalar solos el barco de la economía mundial (Caso Estados Unidos). Se requiere una acción concertada para salir todos juntos hacia un ritmo de crecimiento más equitativo. Igualmente, debemos tener muy en cuenta que la recuperación global es lenta, desigual y no genera los empleos necesarios. La economía se ve frenada por la falta de demanda, esta realidad no sólo es del primer mundo, mayor agravamiento de la situación se plantea en los países del Sur de nuestro planeta.
El Grupo de los 20 subraya sobre todo la importancia de las infraestructuras como motor del crecimiento. En este sentido, aprobó la creación del Centro Global de Infraestructuras, que pondrá en contacto a inversores y promotores de grandes proyectos en todo el mundo. La última cifra expuesta en este evento es que hay un hueco de 70 billones de dólares a nivel global en financiación de infraestructuras para el 2030. Las dimensiones de dicha cifra son preocupantes. Sin embargo, los choques de las voluntades políticas para enfrentar esta crisis económica mundial de los escenarios capitalistas se van distanciando de la solución, al ver en la práctica prioridades de la guerra y el reacomodo geopolítico en el mundo actual, reciclar los escenarios de conflicto, incrementar a un máximo nivel la guerra fría y sufrir las consecuencias de sus propios actos.
Tal contexto, nos obliga desde el Sur a unir esfuerzos para construir una seria y no emotiva alternativa y evitar el jalón final de dicha crisis, o continuar con el doble discurso y moral propios de estos encuentros internacionales.
Anexamos para su lectura el Comunicado Oficial emitido por el G-20.
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