La situación política y económica que actualmente vive Venezuela ha trastocado los modos de vida del país. Una absoluta inestabilidad es el eje ordenador de nuestro día a día. En lo económico los tiempos actuales son de hiperinflación,  maxidevaluación, escasez de todo tipo de insumos, especulación cuando se consigue un producto, e incumplimiento de las regulaciones impuestas por la “Ley de Precios Justos”. Diariamente cambian los precios y simplemente no hay autoridad gubernamental capaz de evitarlo. Se han generado vacíos institucionales y cadenas de vicios tanto en el sector público como en el privado que no son solventados a pesar de las declaraciones de nuestro gobierno en ese sentido.
Todo lo anterior ha trastocado la cotidianidad del venezolano y el funcionamiento de las instituciones. Los universitarios, como el resto de la población venezolana, sufrimos todas las consecuencias de este caos económico, aunque quizás en mayor medida, ya que los salarios de nuestro sector no han subido al mismo ritmo que los de otros sectores, como resultado de lo cual el poder de compra de nuestros salarios se ha desplomado.
Los estándares de publicaciones universitarias igualmente han sufrido los efectos de la crisis económica. En el año 2014 y lo que va del año 2015, los precios de la impresión de textos se han quintuplicado y siguen aumentando semanalmente. Humania del Sur es una víctima más de esta inestabilidad: logramos imprimir con gran esfuerzo hasta el número 16, titulado La Nueva Canción Latinoamericana, pero lamentablemente este trance demencial de inflación incontrolable ha detenido la impresión del número 17 de nuestra publicación periódica, titulada La Causa Saharaui.
El CDCHTA —Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico, Tecnológico y de las Artes— adscrito al Vicerrectorado Académico de la Universidad de Los Andes (ULA), que es responsable por la financiación tanto de la investigación como de las publicaciones periódicas, nos ha informado que, aunque en los últimos nueve años nuestra Universidad ha hecho malabarismos con su presupuesto universitario, haciendo grandes sacrificios a fin de poder otorgar el máximo financiamiento a las publicaciones y autorizar las subvenciones a las mismas, el peso de la hiperinflación impide temporalmente continuar haciéndolo, ya que dados los actuales costos de impresión es absolutamente imposible que el presupuesto alcance para financiar o cofinanciar las revistas científicas de nuestra Casa de Estudios. En consecuencia, dicha institución nos ha advertido que es inevitable la migración definitiva de todas las publicaciones científicas al formato digital  —aunque ello no implicará, bajo ninguna circunstancia, que los investigadores nacionales e internacionales vayan a perder los créditos institucionales y científicos derivados de la publicación de trabajos, puesto que nuestras publicaciones continuarán siendo arbitradas e indexadas y en consecuencia dichos créditos se obtendrán por igual con la publicación en formato digital—.
Ante esta realidad, el Consejo Editorial de Humania del Sur y el Centro de Estudios de África y Asia participan a la comunidad de investigadores a nivel regional, nacional e internacional que nuestra publicación periódica se mantendrá, aunque en formato digital —con la esperanza de que en caso de que se superase la crisis económica y se retornase a la normalidad, nuestra revista comenzará a imprimirse de nuevo—. Esto significa que las contribuciones que seguimos recibiendo seguirán su curso normal de arbitraje, indización y publicación, aunque desde ahora esta última estará circunscrita al plano digital.
Invitamos a los docentes e investigadores de todas las latitudes a seguir enviando sus trabajos, tal como lo han hecho hasta la presente fecha, e invitamos a aquellos que hasta el momento no lo han hecho a enviar sus contribuciones a Humania del Sur, a fin de evitar que la crisis cierre esta ventana académica, que solidariamente difunde los conocimientos y saberes del Sur de Humania, esforzándose por contrarrestar su desvalorización, así como la discriminación, el etnocentrismo y los procesos de producción de conocimientos anclados en el racismo.