Desde el Primer Comité sobre el Desarme de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el pasado jueves 27.10.16 se aprobó una resolución orientada a la firma de un tratado de prohibición de las armas nucleares, 50 Estados no nucleares promueven el inicio de negociaciones para un tratado marco. Este nuevo paso es el fruto de años de arduas conversaciones a nivel de gobiernos y sociedad civil.

Austria ha sido uno de los principales gobiernos que presentó la resolución, 123 países votaron a favor de la resolución en la que se exhorta al inicio de conversaciones sobre un tratado que prohíbe las armas nucleares, 38 votaron en contra y 16 se abstuvieron. ¿Quiénes dieron el paso por la prohibición?: Austria, Nueva Zelanda y casi la mayoría de países de Asia, Oriente Próximo, África y Latinoamérica. Por otro lado, Estados Unidos, Rusia, Francia y el Reino Unido votaron en contra. Similarmente, Japón, Corea del Sur y la mayor parte de Estados miembros de la OTAN mantuvieron la línea en contra ya que se encuentran protegidos por el paraguas nuclear de Washington. Los países que se abstuvieron fueron: los Países Bajos y las tres potencias nucleares: China, India y Pakistán.

Si nos preguntamos: ¿Por qué Japón en esta ocasión estuvo al lado de los principales portadores de las armas nucleares en el mundo?  Por qué votó en contra de la resolución? Las razones y presiones que han incidido para esta votación nipona son numerosas, contradictorias y polémicas. Solo haremos mención en algunas posturas que avivan el debate nacional. Por un lado, la expresada por parte de Koichi Kawano, sobreviviente de la bomba atómica de Nagasaki que considera sentirse traicionado y cuestiona el lamentable “olvido” de los bombardeos nucleares de Hiroshima y Nagasaki como de sus sobrevivientes por parte del gobierno japonés, al asumir esta posición en la comunidad internacional.

Por el otro lado, Hirofumi Tosaki, investigador y coordinador del Centro para la Promoción del Desarme y la No Proliferación del Instituto Japonés de Asuntos Internacionales, nos comenta las siguientes variables a considerar en relación a la decisión de la ONU de aprobar una resolución relacionada con la prohibición de las armas nucleares:

1.    Posturas como la de Japón, ponen de manifiesto la división existente en la comunidad internacional sobre esta materia, donde evidencia no estar en contra de la prohibición de la resolución, pero instan a ejercer cautela en las deliberaciones. En esta oportunidad se vio obligada a votar en contra.
2.    Japón con su actual gobierno es partidario que la política oficial sobre las armas nucleares, vaya desarrollándose por etapas, tratando al mismo tiempo que las naciones con arsenales participen en los esfuerzos y entendimientos progresivos. Siendo víctima única en el mundo de un bombardeo atómico no practica un radicalismo en esta materia y la búsqueda de una prohibición de una sola vez no es viable en un contexto realista en el manejo de la realidad internacional.
3.    Japón se encuentra rodeado por potencias nucleares tales como China, Rusia y Corea del Norte. Ante el progresivo deterioro de la seguridad en el Mar amarillo y noreste de Asia, obliga a este país a depender del poder de disuasión nuclear estadounidense e incrementar la alianza militar en todos los aspectos.
4.    Japón ante el escaso progreso respecto al desarme nuclear le corresponde asumir, no solo hacer el llamamiento a favor de una prohibición legalmente vinculante si no proponer enfoques y conceptos propios en ese sentido. Ello implicará impulsar un pragmatismo y a la vez un llamado de atención de las consecuencias para la humanidad en el uso de armas nucleares.

El reto japonés apunta hacia la necesidad de una acción coherente entre su discurso oficial, lo que significó para su pueblo los ataques atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki y la sociabilización directa para una concientización a los principales actores del armamentismo nuclear en el mundo al ser invitados a estas ciudades víctimas del infierno nuclear.

A veces pensamos, cuán difícil es asumir las responsabilidades ante la historia para no cometer de nuevo los errores de un pasado reciente que apenas lleva 71 años. La incertidumbre nos acosa ante los intereses en juego.