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Llamado a nuevas elecciones en Kenia

El pasado 8 de agosto del año en curso, Kenia celebró elecciones generales.  En la misma se buscó la elección del Presidente de la República y los miembros del Parlamento, siendo dos de los órganos representativos de la estructura del Estado. Entre los candidatos Uhuru Kenyatta, líder del partido Unión Nacional Africana de Kenia (KANU, por sus siglas en inglés) y actual mandatario desde 2013, aspiraba a la reelección, y por otro lado, Raila Odinga, lideró la coalición Súper Alianza Nacional, opositora al gobierno. Luego de tres días después de realizados los comicios, el director de la Comisión Electoral, Wafula Chebutaki anunció los resultados en el que dio como ganador a Kenyatta con el 54% de los votos, mientras que Odinga obtuvo 44,74%, de una participación del 78,91% según el órgano electoral.

Luego del anuncio de los resultados finales, las reacciones en la oposición fueron inmediatas hacia un abierto desconocimiento, calificado como un fraude electoral. Tras el no reconocimiento de los resultados el país se sumió en un espiral de conflicto que dejó 24 personas fallecidas producto de los enfrentamientos en varios estados, señaló la Comisión Nacional para los Derechos Humanos de Kenia. Estos brotes de violencia focalizados en zonas como la provincia de Nyanza y algunos barrios como Kibera, Kawangware y Mathare en Nairobi (la capital), reviven los oscuros días que sobrevinieron después de los resultados electorales de 2007-2008, donde perdieron la vida cerca de 1200 personas.

En los últimos días el escenario político se vio sacudido tras el anuncio del Tribunal Supremo, sentenciando que las elecciones del pasado 8 de agosto eran “invalidas, nulas y sin valor”. Esta decisión se dio posterior a las permanentes denuncias del candidato Odinga, quien convocó a manifestar a su electorado. Este fallo contrasta luego de que los observadores internacionales a través de sus misiones de acompañamiento: Unión Africana, Unión Europea y el Centro Carter, dieron pleno reconocimiento y resaltaran la transparencia del evento electoral. Esta decisión del máximo tribunal del país se produjo luego de una votación interna que dejó cuatro votos a favor y dos en contra de los magistrados, lo que obliga a la Comisión Electoral a la planificación de nuevas elecciones previstas dentro de los próximos sesenta días. 

Ante tal decisión, el presidente Kneyatta acató el fallo señalando que respetaría la posición del Supremo, alentando a sus seguidores hacia la tranquilidad como una vía para llegar a la paz. En el seno de la opinión pública nacional, los cuestionamientos hacia los organismos que acompañaron las elecciones no se hicieron esperar, por cuanto ha puesto en entre dicho el rol como garantes de un proceso libre de vicios calificado con anterioridad por la Comisión Electoral como “justo, transparente y creíble” ahora  sin validez.

El escenario de cara a los próximos dos meses será complejo ya que se retoma la carrera por ocupar la Presidencia de la República en medio de polémicas. El actual presidente Kenyatta, seguirá gozando de una ventaja respecto a su rival por tener a su favor las instituciones vitales, como gozar de la mayoría en el Parlamento. Por otro lado, el eterno candidato Odinga, quien ya ha sido derrotado en dos ocasiones por el actual mandatario en las elecciones de 2007 y 2013, afronta un nuevo reto con una victoria simbólica y la necesidad de demandar por cambios a lo interno de la Comisión Electoral, exigencias que buscaran ser satisfechas a través de presiones en las calles antes de la nueva elección.

Los retos que enfrenta Kenia son de enormes proporciones para seguir siendo la economía más significativa de África del este. En primera instancia, la estabilidad política debe estar garantizada para contrarrestar los efectos negativos de una economía que en el pasado mes de agosto se mostró débil, vinculado con una inflación que está creciendo lentamente, ubicada en 10,3% según el Banco Mundial. El fortalecimiento de la democracia forma parte de esos desafíos, el cual en los últimos días se evidenció que las estructuras del Estado están al servicio  de un proceso de consolidación que progresivamente debe incluir  los derechos y deberes, tarea pendiente no solo para este país, sino para el conjunto del continente africano.
- Fecha de publicación: 25 Sep 2017
- Publicado por: CEAA

Centro de Estudios de África, Asia y Diásporas Latinoamericanas y Caribeñas "José Manuel Briceño Monzillo"
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