Al día de hoy, nadie niega las implicaciones políticas, económicas y sociales que tiene el deporte mundial, algo ratificado en los pasados juegos asiáticos celebrados en las ciudades de Yakarta y Palembang (Indonesia) en el mes de agosto del año en curso, en donde una de las grandes novedades fue que Corea del Norte y Corea de Sur presentaran equipos unificados en varias modalidades, lo cual había sido acordado en junio en la ciudad fronteriza de Panmujom. Ya el deporte había sido protagonista en abril de este año en los Juegos Olímpicos de Invierno Pyeong Chang cuando, en momentos de alta tensión diplomática, los atletas de ambos países desfilaron juntos en la ceremonia de apertura bajo la bandera de la unificación coreana y el equipo de hockey femenino estuvo conformado por atletas de ambos países, lo cual fue un gesto que de alguna manera abrió las puertas a las conversaciones de paz. Si bien, no es la primera vez que esto ocurre, pues en 1991 ambos países acudieron juntos a Japón al Campeonato Mundial de Tenis de Mesa e hicieron lo propio en el Mundial FIFA Sub-22 en Portugal, por el contexto internacional de este año 2018 dichos gestos merecen ser analizados con más detenimiento.

En lo que va de año se han celebrado tres cumbres de alto nivel diplomático entre los presidentes de Corea del Norte, Kim Jong-un y de Corea del Sur, Moon Jae-in, en abril, mayo y septiembre respectivamente. La de abril llega luego de una alta tensión diplomática y fue la tercera cumbre intercoreana desde 2007, cuando Kim Jong-il (padre de Kim Jong-un) recibiera a Roh Moo-Hyun, líder surcoreano, en Pyongyang. En el año 2000 se celebró la primera cumbre desde que se firmó el armisticio que puso fin a los combates en 1953, cuando Kim Dae-jung visitó Corea del Norte. No obstante, en la última cumbre en septiembre de este año, la quinta en total, el presidente Kim Jong-un dejó abierta la posibilidad de una sexta cumbre antes de fin de año y sería en Seúl a invitación de Moon Jae-in, la misma se convertiría en el primer líder norcoreano en pisar la capital del Sur.
En las tres cumbres de este año los temas centrales han sido: A) La desnuclearización. B) El acuerdo de paz y C) Igualmente, la unificación de la península. Sin embargo, ninguno de estos temas depende exclusivamente de las intenciones de ambas naciones, sino de la geopolítica mundial en donde China y los Estados Unidos tienen el protagonismo.

En referencia al delicado tema de la desnuclearización, podemos tomar en cuenta la Declaración de Panmunjom resultado de las dos primeras cumbres de este año, en la cual ambos países se comprometen a trabajar por la completa desnuclearización de la Península, aunque no se dieron plazos para ello, más allá de la presión internacional, recordemos que la reunión de Kim Jong-un con Trump en Singapur giró en torno a este tema. Como es de esperarse ello va relacionado con el tema de lograr un acuerdo de paz entre ambas naciones, cabe recordar que en 1953 se firmó un Armisticio que puso fin a los combates de la Guerra de Corea (1950-1953). Hay interés, especialmente de Corea del Norte, en firmar un Tratado de Paz que lo sustituya y le otorgue garantías de seguridad, por lo cual las negociaciones para acceder a la desnuclearización pasan por el acuerdo de paz. Y con un hipotético acuerdo de paz en la península coreana, no existirían justificaciones sobre la presencia de tropas estadounidenses en Corea del Sur, y supondría la eliminación de las bases estadounidense en el Mar Amarillo, algo que de entrada no convendría a Washington y sí a China.

Otro de los puntos centrales de las cumbres ha sido el relacionado con la posible unificación, se siguen dando pasos para abrir una serie de negociaciones en conjunto, cabe señalar que en Corea del Sur existe un Ministerio de la Unificación, el cual, entre otras aspectos, ha estudiado los costos que implicaría. Lo mismo tiene Corea del Norte un Comité para la Reunificación Pacífica del País. Por ahora, se habló de puntualizar mayor cooperación intercoreana con nuevos acuerdos económicos, la construcción de infraestructuras de comunicación viales y ferroviarias, que no será efectiva si no existe el levantamiento de las sanciones internacionales que pesan sobre Corea del Norte. Algo para destacar, es la apertura de una oficina a principios de septiembre en Kaesong (en la frontera) que funcionará como una embajada entre el Norte y el Sur. Asimismo, en la cumbre de septiembre se manifestó el deseo de albergar conjuntamente los Juegos Olímpicos de 2032, lo que queda preguntarse es, si llegan a otorgarles la sede de la cita olímpica: ?para tal fecha serán un sólo equipo?