La Embajada del Japón en Venezuela, la Universidad de Los Andes, el Gobierno Bolivariano del Estado Mérida, el Centro de Estudios de África y Asia entre otros auspiciantes, se complacen en invitar a la comunidad merideña y universitaria en general al acto inaugural de la XX Semana Cultural del Japón en Mérida, acto previsto para el lunes 4 de noviembre del año en curso en el Teatro César Rengifo a las 4.00 pm.

En los últimos años las entregas del Premio Nobel de la Paz no han escapado de la controversia, la cual radica en discutir si los galardonados tienen suficientes méritos o no. Este año no fue la excepción. El Premio se le confirió al Primer Ministro etíope Abiy Ahmed Ali. La noticia, más allá de las controversias, fue recibida con agrado en el país del cuerno africano. Abiy asumió el cargo en abril del 2018 tras las protestas callejeras que llevó a la renuncia del primer ministro Hailemariam Desalegn. A su llegada, puso fin al estado de emergencia e impulsó una serie de reformas, tales como: legalización de partidos políticos, liberación de activistas de la oposición, la llegada de Sahlework Zewde a la presidencia (primera mujer en ocupar dicho cargo) y la firma del Acuerdo de Paz con Eritrea.

Habiendo ascendido previamente al Trono Imperial de acuerdo con la Constitución de Japón y la Ley de Medidas Especiales para la Ley de la Casa Imperial, hoy ejecuto la ceremonia de entronización y proclamo mi ascensión al trono a las personas de mi país y del extranjero.

El pasado 11.10.19 se cumplió 100 días de las medidas aplicadas por el Gobierno de Japón a Corea del Sur en materia de controles y choques comerciales-arancelarios. El renglón de peso ha sido el uso de alta tecnología nipona en la producción coreana. Ello ha comprometido al gobierno presidido por Moon Jae-in a tomar medidas inmediatas en materia de desarrollo, soporte y generación de productos coreanos de alta prioridad en el mercado internacional que ameritan dominio soberano.

En el mundo de hoy vemos al nacionalismo egocéntrico en ascenso, tensiones agravadas por el exclusivismo y las rivalidades internacionales, mientras que el desarme nuclear permanece en un punto muerto. ¿Qué podemos hacer de estos fenómenos globales? Habiendo soportado dos guerras mundiales, nuestros ancianos han perseguido un ideal, un mundo sin guerra. Ellos asumieron la construcción de un sistema de cooperación internacional. ¿No deberíamos nosotros hoy advertir y en nombre de la sobrevivencia humana, luchar por aquel mundo ideal? Pregunto sobre todo a vosotros, jóvenes que no conocieron la guerra, pero que guiarán el futuro. A este fin, le pido que escuchen con atención a los hibakusha (sobrevivientes) del 6 de agosto de 1945.