“Asia es más que China, aunque su peso e influencia en el mundo es cada vez mayor”,  ha sido el nombre de un foro realizado por la Casa Asia de España, el pasado 20.12.2018. La mesa Asia Media representó uno de los ejes de la actividad. Los ponentes fueron los periodistas y excorresponsales españoles que laboran en la actualidad o trabajaron  recientemente en el continente asiático. Igualmente, formar futuros especialistas en el tratamiento mediático de la región asiática era uno de los objetivos de dicha mesa de trabajo.
 
    Periodistas de distintas agencias informativas, destacados por la nota de prensa emanada de la Casa Asia tales como: Macarena Vidal (El País, en China), Isidre Ambrós (excorresponsal La Vanguardia, en Asia), Sara Romero (excorresponsal Antena 3, en China), Vicenç Sanclemente (excorresponsal TVE en China), Lluis Miquel Hurtado (El Mundo, en Oriente Medio), Maribel Izcue (excorresponsal de Agencia EFE, en Asia), Mavi Doñate (TVE, en Asia), Pablo M. Díez (ABC, en Asia), Sergi Vicente (excorresponsal TV3, en China), Jordi Joan Baños (La Vanguardia, en Turquía), Adrián Foncillas (El Periódico de Catalunya, en China), Alfonso Bauluz (excorresponsal Agencia EFE, en Asia) y Ana Salvá (periodista freelance), fueron los interlocutores convocados.

    Los principales ejes del debate que dieron paso al documento central fueron: A) ¿Qué tiene cabida en los medios españoles sobre Asia? B) La irrupción de las nuevas tecnologías, las redes sociales y las fake news. C) El papel del corresponsal en un mundo global. D) ¿Cómo nos diferenciamos? E) ¿Y cómo convencemos al editor? F) Inmediatez actual versus calidad literaria.  G) ¿Por qué Asia?

    Sin duda alguna, tales interrogantes y parámetros del debate planteado van al punto de partida que identifica esta nota: Asia es más que China. En nuestra perspectiva, Asia es diversa en su geografía humana, geografía física y heterogeneidad socio cultural y debe ser abordada sin visiones hegemonistas en los procesos comunicacionales vigentes. Asia es más que China implica que el tratamiento mediático que se genera no debe ser el eje para un trato desigual al resto de los acontecimientos existentes en cada país del mundo asiático. Asia es más que China no significa privilegiar los negocios cuantitativamente voluminosos y cualitativamente sin rostros que generen puentes con España o el resto de Europa. Tales aspectos se sumaron al entorno de las discusiones auspiciada acertadamente por la Casa Asia.

    Durante el primer semestre del año 2019, el mundo ha sido testigo de la llamada guerra comercial y tecnológica entre Estados Unidos y China. Dicho acontecimiento disparó las alarmas a nivel mundial en cuanto a la seguridad jurídica y comercial existente en el marco del comercio global, los riegos que todas las economías del mundo padecerán si la reciprocidad de las sanciones van en ascenso o las mismas bajan de tono, y, en consecuencia, decrece la presión de los ataques declarativos y sancionadores en la numerosa gama de productos castigados por el alza de sus aranceles. En la última reunión del  G20  en la ciudad de Osaka a finales del mes de junio de este año, contribuyó al ánimo de bajar la tensión entre las partes en conflicto; no obstante, las conversaciones continúan desarrollándose.

    Sin embargo, cuando se hace uso de la expresión Asia es más que China, son precisamente los países asiáticos los que han decidido adoptar una serie de medidas preventivas para asegurar sus economías de posibles escenarios de contracción y destrucción ante la posibilidad de ser gravemente afectados ante la divergencia existente entre el maniqueísmo de la administración Trump y la seriedad de la administración Xi Jinping.

    Dichos escenarios han sido evaluados inicialmente en el marco de la reciente cumbre de los países miembros de la Asociación de Naciones del Sureste de Asia (ASEAN, por sus siglas en inglés) llevada a cabo en la ciudad de Bangkok-Tailandia el pasado mes de junio del año en curso. El liderazgo de la región indo-pacífica ante el ascenso de las esferas de influencias promovidas y renovadas por Estados Unidos y China, ha resuelto fortalecer su propio protagonismo en materia de seguridad y economía de la región.

    En esta parte del mundo ondean varios tipos de banderas, las más visibles son las del militarismo, la macrointegración económica versus las banderas tradicionales del gobierno norteamericano con su presencia militar, izando los estandartes de la libertad, la democracia y la apertura hacia la región.

    La ASEAN ha decidido diseñar su propia iniciativa ante estos gigantescos desafíos que tiene por delante. El Pacífico es el corazón de la economía del siglo XXI y no se puede correr el riesgo de sufrir los efectos de una reacción económica depredadora en cadena que perjudique sus propios esfuerzos, logros, avances y consolidación de sus economías emergentes vecinas a economías desarrolladas existentes en el área.

    La economía será más sensata en la medida que evitemos los errores tradicionales del capitalismo salvaje decadente y los errores existentes por parte de una potencia en ascenso que corre el riesgo de caer en la trampa de la liberalización extrema de la comercialización y de los mercados. Olvidando progresivamente su propio experimento económico que necesita una real definición cuando asume un rol decisivo en la economía de mercado mundial y a la vez se identifica como una economía en vías de desarrollo que aspira a un crecimiento económico verdadero y no inflado, cuyas manos invisibles y visibles trabajan en función de su propio bienestar.