El pasado 23 y 24 de octubre se realizó en Sochi (Rusia) la primera cumbre Rusia-África y el foro económico homónimo. Dicha cumbre fue copresidida por Vladimir Putin y el presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi, e integrada por más de 40 jefes de Estado del continente africano. En ella, el país euroasiático se presentó como una alternativa de inversión: “No condicionamos nuestro apoyo y nuestros proyectos de desarrollo conjunto a condiciones políticas, que en realidad son preferencias económicas y comerciales esclavizantes... No imponemos nuestra posición, sino que respetamos el principio de 'problemas africanos-soluciones africanas' propuesto por los propios africanos", en palabras de Putin.

 Rusia no se ubica entre los principales socios comerciales de África, el top cinco lo ocupa: la Unión Europea (UE), China, India, Estados Unidos y los Emiratos Árabes Unidos. Comparativamente, en el 2018 el volumen comercial con la UE fue de 334.000 millones de dólares y con China de un aproximado de 204.000 millones, con Rusia apenas llegó a 20.000 millones de dólares. No obstante, fue el doble que en 2015 y a propósito de la cumbre esperan duplicar esa cifra en 2024.

Dentro de los acuerdos se tomó la decisión de crear "un nuevo mecanismo de diálogo" entre las partes que involucra la realización de reuniones periódicas de alto nivel, por lo menos cada tres años. Igualmente, se firmaron acuerdos comerciales por unos 12.500 millones de dólares, según comunicó a la prensa el asesor presidencial ruso Antón Kobiakov.

Uno de los temas de máximo interés es el fomento de la seguridad y el comercio de armamento. Estimaciones internacionales señalan que Rusia es el país líder en comercialización de armas para África, en los últimos años ha firmado acuerdos de cooperación militar con más de treinta países. Por mencionar un caso, coincidencia o no, el miércoles 23 de octubre del año en curso aterrizaron por primera vez en continente africano, específicamente en Sudáfrica, el avión militar más grande del mundo, se trata de dos bombarderos nucleares estratégicos rusos TU-160 ‘Blackjack’, lo que evidencia la cooperación entre Moscú y el país más industrializado de África. Uno de los temas del foro económico es la posibilidad de que aviones y barcos rusos comiencen a utilizar puertos y bases aéreas de países africanos.

De igual modo, se llegaron a acuerdos en otras áreas tales como: educación, ciencia y tecnología, transporte y salud. Hay altas expectativas en materia de salud dadas las investigaciones rusas contra el ébola, donde al parecer hay buenas noticias a favor de la cura de dicha epidemia. Además de los aspectos económicos, la declaración final indicó que coordinarán los esfuerzos para reformar a la ONU, incluyendo al Consejo de Seguridad del cual Rusia es miembro permanente, y garantizar una mayor participación de los Estados africanos.

En la configuración del Nuevo Orden Mundial es de suponer que Rusia no quiere tener un papel secundario, y estas acciones evidencian que quiere contrarrestar el peso de los Estados Unidos y China en la región, por eso es casi imposible no comparar esta cumbre con los "foros de cooperación chino-africanos", los cuales han permitido a  Pekín convertirse en un socio importante del continente.

En la geopolítica mundial el papel de África es esencial, ya que se está convirtiendo en uno de los centros de crecimiento económicos más importantes; como sabemos, su capital humano y recursos naturales en abundancia y su falta de capital y tecnología la hacen atractiva para las grandes potencias. Por ejemplo, Rusia se encuentra interesada en los depósitos de uranio, manganeso, bauxita y cromo del continente africano. Su compañía nuclear Rosatom tiene interés en construir centrales nucleares, la estatal Rosneft tiene proyectos en Mozambique y Egipto; Alrosa, la minera de diamantes, tiene intereses en Botswana y Angola; Rusal, posee minas de bauxita en Guinea; y la empresa de internet Yandex quiere contribuir al desarrollo digital del continente. Eso explica por qué para Vladimir Putin África es una de las prioridades de su política exterior.

Si bien este acercamiento no depende exclusivamente de factores ideológicos como años atrás con la antigua URSS, donde los gobiernos posteriores a la independencia de Mozambique, Uganda o Argelia recibían apoyo militar o diplomático, hay aspectos geopolíticos que no se pueden obviar cuando se trata de esta clase de cooperación. Por eso, es importante que el continente africano establezca sus prioridades para que no se repliquen ningún tipo de neocolonialismo. Sólo esperamos que dentro de esas prioridades estén el medio ambiente y el bienestar de la mayoría de su pueblo.