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En 1942 el Congreso indio lanzó el movimiento “renuncia a la India” para que el Imperio Británico cediera el control del país, detrás de esta campaña estaba Mohandas Karamchand Gandhi. A partir de ese año se acrecentó la presión hasta que el pueblo indio consiguió la independencia en 1947. Un hecho a destacar en el proceso de independencia de la India fue la partición del territorio: la Unión India y el nuevo Estado de Pakistán, lo cual agudizó el conflicto religioso entre grupos extremistas. “El Mahatma”, con su liderazgo, intentó ponerle fin a los conflictos persuadiendo a los radicales en pro de una India unida, el 30 de enero de 1948 fue asesinado en Nueva Delhi por un integrista hindú del partido ultraderechista Mashabha, lo acusaban de haber consentido la secesión de Pakistán y de favorecer a los musulmanes con sus continuas concesiones en detrimento del gobierno hindú, a la fecha ya había sido víctima de dos atentados fallidos. Entonces, no parece osado decir que fue la intolerancia religiosa el principal motivo de la muerte de Bapu (Padre), como llamaban a Gandhi sus seguidores, su secularismo obstaculizaba el objetivo de grupos radicales –Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS) e Hindu Mahasabha– que querían  convertir la India en una nación hindú, por ello planearon asesinarle.

Luego de la independencia, el conflicto entre India y Pakistán no se detuvo ello lo vimos en la reiterada beligerancia entre ambos a lo largo de estos años, en buena parte producida por la intolerancia religiosa que lamentablemente en la India de hoy, a más de 70 años de su independencia, no ha dejado de abatirla. Hemos visto en años recientes que los conflictos no paran, más bien hay una sensación de que cada día se acrecientan. Algunos manejan la hipótesis que es causada por la llegada al poder del Bharatiya Janata Party (BJP) o Partido Popular Indio, y Narendra Modi, como Primer Ministro que alienta a grupos radicales como el RSS.

En India el hinduismo representan un poco más del 80% de la población, los musulmanes 14%, los cristianos un 2%, y el resto repartido entre varias minorías religiosas. En los últimos años, como mencionamos, han sido constantes los ataques a las minorías religiosas. En referencia a los cristianos, el pasado 22 de enero del año en curso se perpetró un ataque en Maharashtra, específicamente en la ciudad de Kolhapur, en la Holy Cross High School, una escuela católica para niñas. Según la agencia de noticias Asia News se presumen que quienes están detrás de los hechos son los radicales del Yuva Sena, ala juvenil del Shiv Sena, movimiento ultranacionalista hindú aliado del BJP, partido de gobierno. El año pasado sólo en los 5 primeros meses fueron registrados 101 episodios de violencia contra la comunidad cristiana, además de amenazas e intimidaciones. En el 2017 fueron alrededor de 1.000 arremetidas en las cuales se cuentan 111 asesinatos y 2.500 heridos.

Al parecer, el conflicto vienen por las denuncias de los hinduistas contra los cristianos de practicar conversiones forzadas al manipularlos con ayudas económicas para lograrlas, sobre todo a miembros de la casta dalit (o intocables). No obstante, se debe tomar en cuenta que muchos dalits lo hace como una fórmula para escapar de la marginalidad social. También hay conversos que aprovechan las leyes de protección que otorgan beneficios económicos a las minorías religiosas y étnicas, entonces se puede dar el caso que una familia obtenga tierras por ser de una tribu y ayudas económicas por ser de la minoría cristiana.

En lo que respecta a la situación actual con los musulmanes hace unos meses causó polémica la noticia que 4 millones de personas podrían quedar sin la nacionalidad hindú en la región de Assam, al noreste del país, gracias al Registro Nacional de Ciudadanos el cual busca inmigrantes ilegales. Sin embargo, dentro de las críticas realizadas está la posible exclusión deliberada de musulmanes con el fin de deportarlos. Hay posibilidades que el Registro se haga también en el estado de Bengala Occidental, donde viven al menos unos diez millones de musulmanes.

Los conflictos religiosos se podrían acrecentar con el panorama electoral en la mira (en abril-mayo de este año) y luego de la derrota del partido de gobierno en las elecciones regionales de diciembre (2018) en los estados rurales de Rajastán, Chhattisgarh y Madhya Pradesh. Estados claves para determinar el escenario electoral. Algunos analistas sostienen que la principal estrategia electoral del partido de gobierno es acrecentar el nacionalismo hindú hacia las bases de sus votantes, de mayoría hindú y así fortalecer el “cordón nacionalista hindú”. Ello lo demuestra la Ley de Ciudadanía aprobada el martes 8 de enero (2019) por la Cámara baja del legislativo, la cual excluye del derecho a ciudadanía y registro a inmigrantes musulmanes que viven en India sin papeles. Sin embargo, el proyecto de ley sí ampara a hindúes, jainitas, parsis y a otras minorías procedentes de países vecinos de mayoría musulmana como Pakistán, Bangladesh y Afganistán. Dicha ley todavía tiene que pasar para su aprobación por la Cámara alta, donde el BJP no cuenta con la mayoría necesaria. Más sensato sería, como trabajo electoral, centrarse en cumplir las promesas de regeneración económica que lo llevaron al poder en 2014.

Los señalamientos al Primer Ministro Modi también recaen por la intención del gobierno de reescribir los textos escolares, incorporar elementos del hinduismo en los programas educativos o la propuesta de convertir el Bhagavad Gita en "libro nacional".

Al recordar la trágica muerte de Gandhi el 30 de enero debemos reivindicar su proyecto, el cual no sólo era acabar con la colonización británica sino la reconstrucción de una India donde retomara su desarrollo con base a la economía rural y así eliminar la pobreza de millones, pero también su proyecto consistía en la existencia de respeto y tolerancia entre los diferentes credos, su idea de satyagraha (“búsqueda de la verdad”) estaba por encima de un culto en particular. Sin dudas, la convivencia de las distintas religiones en la India y en el mundo sería un gran homenaje para una de las figuras más importantes de la historia contemporánea: El Mahatma Gandhi.