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De la masacre de Cachemira al enfrentamiento armado entre India y Pakistán

El pasado 14 de febrero del año en curso aconteció en el estado de Cachemira un ataque contra un convoy militar de la India donde murieron 44 personas. Un golpe dado por la organización terrorista Jaish-e-Mohammed (Ejército de Mahoma). En la historia contemporánea de este conflicto otros movimientos islamistas terroristas apoyados por Pakistán, tales como Lashkar-e-Toiba (Ejército de los Puros), Hizbul Mujahideen (Partido de los Guerreros Santos), han sido responsables de diversos atentados en el territorio indio, a su vez, debemos resaltar que tales agrupaciones reciben directa e indirectamente respaldo económico y militar de Catar, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Estados Unidos.

El 26.4.19, la India decidió usar su fuerza aérea y atacar la región de Balakot (zona boscosa de Cachemira controlada por Pakistán) la cual era, supuestamente, el lugar de asentamiento del campamento del grupo terrorista mencionado inicialmente. Un total de 12 aviones de combate Mirage se desplegaron sobre el lugar, 2000 bombas fueron lanzadas sobre el campo de entrenamiento y 300 terroristas perecieron en la operación. El saldo inicial ha sido: dos aviones indios derribados y un piloto capturado. Ocho días consecutivos de tiroteos y fuego de mortero se desarrollaron a lo largo de la línea divisoria (también denominada: línea de control) existente en Cachemira. Setenta comunidades indias fueron afectadas y el espacio aéreo fue cerrado.

La crisis militar en el sur de Asia ha forzado a la comunidad internacional a solicitar de inmediato la reducción de las acciones militares entre las partes, aplicar máxima moderación y rebajar la tensión generalizada existente en esta región del mundo. Ambos estados poseen armamento nuclear y no conviene un escenario de guerra. Este nuevo conflicto entre la India y Pakistán conllevó a los círculos militares de Asia y Occidente a evaluar la escalada de agresión mutua y las sensibilidades nacionalistas radicalizadas existentes en ambos territorios. Han transcurrido ya desde los tiempos de la independencia de Inglaterra casi 71 años de división-partición territorial en períodos de tensión militar y guerras.

Sin duda alguna, la orden emanada por el alto gobierno indio doce días después del ataque al convoy militar, refleja un golpe político al orgullo nacional ya que hay elecciones previstas próximamente para abril o mayo del año en curso, lo que simultáneamente puede resultar un ventajismo para el partido político gobernante BJP sobre los oponentes políticos participantes en la contienda electoral.

A dos semanas de la escalada militar con pérdidas de aviones y vidas entre las partes, el balance inicial lo concentramos en los siguientes aspectos de interés: a) El aislamiento diplomático sobre Pakistán ha evidenciado una vez más el error cíclico de este país al apoyar y promocionar el terrorismo desde su territorio hacia la India; b) La India debe mantener la presión diplomática sobre Pakistán –con la anuencia de la comunidad internacional– para actuar contra los grupos terroristas, incorporar en los listados de “los más buscados” a los líderes de estas organizaciones ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas; c) La reciente participación de la canciller india Sushma Swaraj en el evento de la Organización de Cooperación Islámica, aseguró paralelamente que ningún país censurará las acciones de represalias adoptadas por India. Vale resaltar que dicho contacto institucional entre India y la institución islámica no se daba hace medio siglo y de ahora en adelante representa un frente a mantener abierto en la diplomacia india; d) El hecho de que Pakistán no hiciera una movilización ni uso del armamento "dispositivos nucleares tácticos", después de los ataques de la India, refleja una contracción a lo anunciado en su retórica habitual y e) La captura y posterior liberación por parte de Pakistán del piloto indio, el comandante de la Fuerza Aérea Abhinandan Varthaman, demostró una voluntad rápida de rectificación y voluntad política en minimizar el conflicto. Vale resaltar que se respetaron todos los protocolos en esta materia por parte de Pakistán y el mismo piloto indio reconoció el buen trato del ejército pakistaní hacia su persona.

Por los momentos, los vientos de guerras experimentados se debaten por el lado pakistaní en que: “Ningún país soberano puede permitir que otro país se convierta en su juez, jurado y ejecutor”, de acuerdo a las palabras emitidas por el primer ministro pakistaní Imran Khan para validar la acción militar contra la aviación india. Por su parte, el gobierno del primer ministro indio Narendra Modi necesariamente desplegará: “Una acción diplomática más enérgica ante la misma comunidad internacional ya que hay ‘límites’ al llamar la atención internacional a las preocupaciones de la India en materia terrorista”. En esta perspectiva, India activará todos los mecanismos para garantizar su derecho a lo que considera su doctrina de “autonomía estratégica” en defensa de su integridad territorial.

Con esta escalada militar, el gobierno de Narendra Modi ya tiene la experiencia de que ahora en adelante, el mensaje y acción contra las organizaciones terroristas pakistaníes será y debe ser la acción militar. Perder tiempo en “reclamaciones contra reclamaciones” con Pakistán ya no será una gestión más en la cotidianidad diplomática entre ambos países. Habrá nuevas previsiones en la defensa y mayores medidas de seguridad nacional a lo largo del territorio en disputa de Cachemira. De este modo, las lecturas que se pueden derivar y hacer en el propio pueblo y ciudadano indio tendrán resultados deseados positivos y para el propio gobierno indio un resultado temporalmente favorable en la batalla electoral que se tiene por delante.

Nadie quiere una guerra entre los dos países en cuestión, la paz es la única garantía de convivencia. Lo lamentable es que tal escenario deseado por sus pueblos se ve alterado cuando el terrorismo es indirectamente avalado por un actor estatal como lo es Pakistán.

 


 

Centro de Estudios de África, Asia y Diásporas Latinoamericanas y Caribeñas "José Manuel Briceño Monzillo"
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