Triunfo del Partido Bharatiya Janata
Hay varias lecturas que podemos hacer del histórico triunfo obtenido del Partido Bharatiya Janata (BJP, por sus siglas en inglés) en las elecciones indias 2019. Entre los cuales destacan las siguientes:
1. Hegemonía total del Parlamento, donde obtuvo una mayoría de 288 representantes el BJP junto a la coalición de fuerzas políticas existentes en la Alianza Nacional Democrática la cifra asciende a un total de 339 escaños de un total de 542 diputaciones. Este escenario dará luz verde para gobernar sin obstáculos en ésta instancia del poder político en la India. Vale destacar que en el proceso electoral del año 2014, el BJP había conseguido una mayoría de 282 escaños por primera vez en 30 años.
2. La escasa e inconsistente solidez opositora por parte del liderazgo de Rahul Gandhi del Partido del Congreso y sus aliados, que centraron su batallar electoral en medias verdades y un programa de gobierno coyuntural al programa de ofertas electorales del partido gobernante. El accionar político electoral no pasó más allá de acusaciones mutuas y jugadas de laboratorios de campañas electorales de guerra sucia ya rechazadas por el electorado, sin enfrentar el debate en las reales necesidades y problemas de la cotidianidad del pueblo de la India (Modi llamó "tonto" a Gandhi y este le tachó de "ladrón"). Las arremetidas de la oposición se centraron en la gestión económica de Primer Ministro y su incapacidad para crear puestos de trabajo acorde con la población profesional y flotante laboralmente. Las otras realidades tales como represión, violación de derechos humanos e intolerancia religiosa, ataques de los radicales hindúes, sufrimientos en las minorías indias, entre otros tantos problemas no tuvieron peso.
3. El nuevo absolutismo de la política india en el siglo XXI hace recordar el viejo absolutismo del Partido del Congreso en sus tiempos dorados el pasado siglo XX. El partido nacionalista hindú en sus próximos cinco años de mandato corre el riesgo de hundir su proyecto político y visión de país si sigue propiciando desequilibrios peligrosos en la institucionalidad democrática –al incrementar las dosis de intoxicación en el poder manipulando la religiosidad mayoritaria, nacionalismo belicoso, construcción de un Estado politeístamente hindú– minimizando el carácter constitucional del secularismo (Retomando en la actualidad y de manera degenerativamente la era dorada del período védico), así como privilegiando a los sectores multimillonarios indios en su accionar político.
La India hará la diferencia en su quehacer político, social y económico si hay inclusión de la población sin distingo de credos, sexo o sectarismos de ningún tipo para vencer sus propios retos y los desafíos externos.
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