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Arvind Kejriwal: El ascenso político en la India de hoy

La democracia de la India tiene miles de particularidades a nivel nacional, regional y local, su dinamismo recorre urbes y aldeas con añejas y barnizadas nuevas propuestas. Los actores de la vieja política tradicional se topan inevitablemente con los de más reciente data, que han hecho de la política un acto de innovación desde sus estados natales y cuya proyección a nivel nacional es el resultado de las denuncias a los vicios de la vieja política.

Arvind Kejriwal hace un quinquenio estaba lejos de ser el hombre de las masas que es hoy. Su postura era la del típico ciudadano de a pie que detestaba la política resultante de los políticos ineficaces que estancaban a la democracia y la enclavaban en la corrupción. El surgimiento de este nuevo liderazgo se alimenta de los pobres y minorías conscientes de esa realidad en casi siete décadas de post independencia. Su experiencia desde la capital de New Delhi es una historia de aciertos y contradicciones  en la praxis política, así como, en las reglas del  juego imperante en el sistema político indio.

El Partido Aadmi Aam (por sus siglas en inglés AAP, que significa: Partido del Hombre Corriente) representó la plataforma  de aglutinamiento de un electorado diverso socialmente y autocrítico, su reciente triunfo el pasado 7 de febrero del año en curso obtuvo 66 de los 77 escaños en la Asamblea de Delhi, reflejando así otra lectura de cómo en la actualidad se hace política en tiempos muy exigentes ante la hegemonía del gobierno de Narendra Modi a nivel nacional. La derrota del partido de gobierno  Bharatiya Janata Party(por sus siglas en inglés BJP) en la capital después de haber ganado casi todas las elecciones estatales en el Indostán desde el mes de mayo 2014 y una derrota más al Partido del Congreso (saliente del gobierno en las elecciones del 2014) evidencia que de ahora en adelante la misma democracia de la India posee un nuevo eje ordenador que hace correctivos internos y da nuevas oportunidades en el ejercicio de gobierno. Los votantes indios ya no son ilusionados o encantados por la cuestión de personalidades especiales, herencias o pactos del poder, la casta o éxitos de gobierno regional que ya son objetos de fuertes críticas. Ahora depende de los signos de cambio ante una realidad de decepciones rápidas que son asimilados por el electorado y cuyos resultados dan mensajes claros hacia donde se quiere ir en el polémico camino de la verdad nacional. El mensaje dado por los votantes de Delhi fue directo al BJP y al actual Primer Ministro.

Los electores del denominado Territorio Capital Nacional (Delhi) con 20 millones de habitantes, quieren un gobierno honesto y limpiar con la escoba (símbolo de la campaña del AAP) todo el polvo acumulado de los discursos huecos e irresponsabilidades muy sucias de la corrupción política y económica existente en el gobierno capitalino. Se ha electo un gobierno que tiene un liderazgo y plan de acción. En esta perspectiva, Arvind Kejriwal constituye la esperanza de millones de indios que necesitan ayuda inmediata en su calidad de vida en la urbe y periferia de la mega ciudad de la capital india.

Estamos ante un momento muy interesante, este nuevo capítulo de la historia política regional de la India del siglo XXI, indica que no hay hegemonismo partidista que valga, menos aún si los resultados electorales dicen lo contrario a menos de un año en el poder por parte del BJP. Tampoco hay derrotas casuales en las viejas y nuevas élites del poder indio, especialmente cuando los que están de turno practican viejas mañas para hundir las nuevas propuestas como las del AAP. El bloqueo a Kejriwal fue duro, los laboratorios de guerra sucia electoral contra él se desplegaron, pero triunfó un voluntariado de gente muy pobre, los dalits y las minorías indias asediadas e impotentes como la musulmana, entre otras, y un electorado crítico que decidieron por esta opción.

Durante la campaña de Kejriwal también se hizo uso de los referentes de las escrituras sagradas de ese país, una y otra vez el Mahabharata fue invocado haciendo una clara diferencia, al decir: Tenemos a Dios con nosotros, es decir con los pobres y su victoria a pesar del poderío gubernamental del BJP.

El APP es una nueva esperanza política cuyo líder ya tiene pasantías en el poder local de New Delhi, su espíritu de lucha posee habilidades de crecerse ante las derrotas y recuperarse con celeridad en la superación de los problemas. Muchos en India lo etiquetan de secular-liberal, otros lo ven bajo la mirada prejuiciada y racista de la “casta superior” sobre el alboroto político de alguien que viene adicionalmente de abajo.  También consideran que su postura es conveniente ya que el laicismo se ha convertido en obsoleto y degastado por sus pactos con los partidos políticos tradicionales. Hay algunos que señalan que su voluntariado de gente marginada no sabe hacer diferencias entre el AAP y el BJP, es decir, ven igual a Kejriwal y a Modi. Al respecto, hay un proverbio en los Vedas que dice: “Todo es uno pero diferente a la vez,” y la política actual de la India no escapa de esta máxima y su partido plenamente democrático, autodefinido de centro-izquierda, representa definitivamente una esperanza política y social.

Ahora hay nuevos mantras en el sistema de partidos de la India y en las matrices de opinión generados en los Diálogos de Delhi (estrategia de trabajo electoral del AAP) así como en los factores que favorecieron su triunfo. En palabras de Kejriwal citamos:

• "Nuestro partido no se adhiere a ninguna ideología en particular, somos un partido orientado a las soluciones".
• “Para nosotros, la administración es tarea fácil. Nuestra misión es cambiar la cultura política, configurar un modelo en el que el hombre común se anime a convertirse en actor de nuestra democracia".
• “Confianza práctica en su honradez, dedicación y saber hacer.”
• “Convicción del electorado en los objetivos proclamados en la campaña.”
• “Difundir convincentemente que se ocupa de las aspiraciones tanto de los pobres y paupérrimos, de los condenados de la tierra, como de las de amplios sectores de las clases medias.”

Un partido que se centrará aparentemente en el trabajo y no en las comisiones que se obtienen desde el poder que obstruye  las soluciones a los problemas de la gente.

Nuevos aires soplan en New Delhi, la democracia de la India se está reinventando, eso es una buena noticia para el futuro de ese país.