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República de la India: 67 aniversario 2016

A inicios de la década de 1950 la India logra abrazar su Carta Magna mediante el diseño de una Constitución para todo su pueblo. La naciente legislación cuyo espíritu libertario venía lleno de luchas a lo largo de un período para llegar a su independencia un 15 de agosto de 1947, dio un paso firme de ejemplo de libertad y democracia para los pueblos afroasiáticos atados al colonialismo y en especial hacia sí misma al superar la opresión del modelo británico y en apariencia erradicar la opresión de sus propios modelos de sometimiento.

La república de la India tiene la gran virtud institucional de poseer el eje ordenador de su democracia como motor fundamental para activar el dinamismo de sus escenarios internos y credibilidad externa. Su movilización popular se garantiza y consolida en su amplia riqueza de diversidad multiétnica y multicultural. La conciencia democrática y crítica de sus actos en casi siete décadas de independencia tiende a posesionarse no solo en cada ejercicio del voto si no en su propia cotidianidad para hacer valer el significado milenario de su voz y ahora con mayor peso, el valor de su ciudadanía sin distingo de clases, religión o casta en el siglo XXI.

India en la actualidad requiere de reformas jurídicas, políticas y económicas que hagan frente a viejas realidades de su sociedad contemporánea, entre las cuales destacan: amenaza ascendente de la violencia no sancionada integralmente, terrorismo, corrupción, intolerancia, violaciones a la mujer pobre o de casta inferior. Este contexto se agudiza cuando se manifiesta una indiferencia solapada ante estas problemáticas que crecen cada año en el subcontinente y amenazan la "paz social".

Si hay algo que identifica las consecuencias de lo anteriormente mencionado es la tesis que India es un país de altos contrastes que evidencian un anquilosamiento que sigue afectando a las mayorías marginadas y sumidas en profundas desigualdades. Por ejemplo, por un lado una India muy rica económicamente con un liderazgo político, empresarial y altamente profesional, pero por el otro, existe una India de alta pobreza que en muchos casos va más allá de la pobreza absoluta donde los índices de desnutrición son visibles, las estadísticas de suicidios (de 17.000 agricultores por el fracaso de sus cosechas) sigue siendo un escenario de lamentaciones sin acciones efectivas gubernamentales que corrijan esta crisis.

No debemos omitir que India va para su año 69 de independencia, ya las consecuencias y responsabilidades no se pueden seguir achacando a los efectos de las estructuras administrativas del imperio británico como herencia colonial, es necesario asumir las propias responsabilidades reinantes para que la burocratización del Estado indio deje de ser el karma más terrible de la realidad cotidiana y sobretodo superar el otro karma, la burocratización del pensamiento para no visibilizar y ser indiferentes ante los contrariedades de este país. En esta materia se corre el riesgo que se pase al otro extremo, es decir, a una brutal liberalización donde el Estado en su afán de ser eficiente y desregularizar progresivamente, engendre una caótica administración que sancione a los más desfavorecidos e impida el ascenso laboral de las mayorías y sea más excluyente con el fracaso de las políticas de discriminación positiva.

Los signos vitales del sistema democrático ameritan periódicamente un chequeo médico de su estado general de salud anualmente, no exclusivamente en campañas electorales. Las medidas sociales y económicas son parte del plan de acción gubernamental cada año, pero cuando la justicia social se pospone la democracia agudiza sus males y las enfermedades cíclicas van diezmando su eficacia política.

Estamos plenamente de acuerdo con el discurso dado por el Presidente de la India, Pranab Mukeherjee al hacer mención a: "El amor por la patria de uno es la base de todo progreso. Educación, con su efecto esclarecedor, conduce al progreso humano y la prosperidad. Nos ayuda a desarrollar las fuerzas del espíritu que puede revivir las esperanzas perdidas y valores ignorados". Estamos seguros que las nuevas generaciones de jóvenes de la India tienen el deber de enmendar las deformidades estructurales de la nación, pero no habrá un futuro de estabilidad si se pierde de vista que la democracia implica derechos y deberes por cumplir tanto por parte del Estado como del ciudadano, siendo la condición del ejercicio de la ciudadanía la garantía para que los derechos democráticos no se pospongan y se agudicen las divergencias o contradicciones en todos los aspectos.

El Estado indio debe salvaguardar la integridad humana de cada uno de sus ciudadanos, no como un acto jurídico declarativo existente en la Carta Magna vigente, sino en la práctica diaria. La ambigüedad jurídica en esta materia es una bomba de tiempo neutralizada por los éxitos relativos de su bonanza financiera.

La consolidación de su economía ya emergida dependerá de ello. El potencial de la diversidad del pueblo indio espera por un tratamiento justo y equitativo de hechos y no meras declaraciones para materializar año tras año su grandeza y vencimiento de sus propias dificultades.

Anexamos el discurso en PDF dado por el Presidente de la India. Su Excelencia el Señor Pranab Mukherjee.


 

Centro de Estudios de África, Asia y Diásporas Latinoamericanas y Caribeñas "José Manuel Briceño Monzillo"
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